viernes, 8 de julio de 2011

La trágica inundación en Cazorla en el año 1694.

El día 2 de Junio de 1694 fué una fecha de luto y lágrimas para los moradores de Cazorla, tal vez la desgracia colectiva más enorme que se registre en los fastos de su historia, de la historia que se puede conocer y de aquella otra que permanecerá para siempre inédita, porque nunca fué confiada a la escritura. Nos referimos a la terrible inundación ocurrida en la tarde de ese día, que tantos estragos acarreó a la población. Los mismos testigos y víctimas del suceso van a ser los que lo refieran, aunque en nombre de todos firme Baltasar del Castillo en la relación enviada al Cabildo de Toledo, solicitando ayuda y remedio. Se trata de una relación impresa, sin duda ninguna, una especie de circular que dirigieron los damnificados a aquellas personas y corporaciones de quienes podían esperar socorro. Dice así desde la cruz a la fecha:




Inscripción en la fachada del nivel alcanzado por el agua.
"Fue el dilubio año de 1694"
 


Ilustrissimo Sr: Preuenimos a V. Ilustrissima con el justo sentimiento de su noble cariño, templado con el agradecimiento a los beneficios de la Magestad Diuina que, desenvainada la espada de su justicia contra esta infeliz uilla de Caçorla, es milagro de que no sucedió en el sucesso infeliz del miércoles, dos de Junio de este año nouenta y quatro, tempora de la Santissima Trinidad, que auidendo estado todo el dia con nubes horrorosas hasta las quatro de la tarde que se juntaron con muchos truenos y relámpagos de grande espanto; abrió el cielo sus cataratas, durando lo riguroso de el diluuio poco mas de una hora, en cuyo corto tiempo obró tantas ruynas y perdidas que en lo que huuiere mundo abrá memoria de tan lastimosa tragedia, ocasionada de la fabrica en la rara y singular fundacion de esta uilla, situada en la falda de dos sierras eminentes, que la cogen las espaldas como en media luna, y en el ualle por donde ua el rio, que naze destas sierras, fabricaron una puente y sobre ella la Yglesia mayor, obra tan grande y costosa que parece compitieron los caudales con los deseos. Assimismo está fundada la plaza, casas suntuosas del Ayuntamiento y carnecerias de mucho arte y gran fabrica y todo sobre dicha puente de forma que el río entra por debaxo del Sagrario, cuerpo de toda Yglesia, plaza y carnecerias. Y con el turbión de agua referido traxo unos peñascos de tan grande magnitud que cerraron la madre al río, haziendo una antepuerta a la entrada de la bóbeda de la Yglesia y fue haziendo repressa hasta llegar a la sierra y uoluiendo a ella, rebentó con tanto ímpetu que rompió la Sacristía y inundó toda la Yglesia y por la calle del lado entró en la plaza tan alto y con tan grandes peñascos que el agua llegó a las campana de la torre y, jugando con las peñas en la plaza, donde desde el año ochenta y quatro estaua abierto un boquerón en la bobedad (que ya se aderezaua), abriéndola toda de arriba abaxo y, passando a las carnecerías y medias casas del Ayuntamiento, las deshizo y lleuó invisiblemente y, con tan grandes desahogaderos, hubo más de dos estados de alto en toda la plaza, lleuándose de un lado el pilar de la cadena y del otro, en que uiuía el Corregidor, partió las uolas del adarue de la casa. Las Religiosas Recoletas de San Joseph de la filiación de su Eminencia, que profesan clausura tan uoluntaria y ejemplar, se hizieron lenguas con las campanas tocándolas de todas manera para que las favorecieran, obligandoles a quitar las celosías de sus troneras, pidiendo con sus manos socorro. Y, estando muy cerca y a la uista el Conuento de Religiosos de la Merced (que es refugio deste pueblo), no pudieron favorecerlas por entonces, porque en tan corta distancia estaua el mar de por medio. Las Religiosas de Santa Clara abrieron su clausura solicitando algún socorro, a que acudieron el Vicario, a costa de su pena al Conuento de San Joseph, y las Justicias que pudieron y hombres principales (aunque con notable riesgo) dieron providencia en el rompimiento y desagüe que como las casas, la que libró mejor, todas quedaron inundas y toda la ropa de las Religiosas perdida. Los Padres de la Compañía se ualieron de los niños de sus Escuelas y sacaron al Santíssimo, subieron a mostrar a su Magestad por los corredores más altos el daño, implorando su misericordia, y los Religiosos de nuestro padre San Francisco padecieron de las mayores inundaciones, llenándose el Conuento de agua.

Detalle puerta lateral en calle de la Hoz.

Bueluo a la Yglesia Mayor, (escriuindo con sangre su tragedia), pues siendo de las ricas en ornamentos y plata que tenía España, no quedó el menor fragmento; solo el de auer perecido, pues tres leguas de distancia se han hallado pedazos de ornamentos, incensario, y Caliz, que la plata sola importa mas de 10.000 Ducados, los ornamentos no ay precio, quedando cincuenta Sacerdotes Seculares desnudos y sin poder celebrar una Missa con alaja propia. Las Santas Imágenes se han descubierto la mas cercana una legua; solo quedó la de Nuestra Señora de Gracia y el Santo Christo del Consuelo, que se sacó a otro día mojado hasta la mitad y herido de las piedras, ya nada es lo referido a uista de auer la Magestad de Christo Sacramentado (aunque incruento) padecido tal naufragio dentro de los dos Sagrarios y Copones, sin que aya noticia de su paradero.

Los muertos y enterrados hasta ahora sin campanas ni funeral, por no enterrar de sentimiento a los uiuos, son 64 y entre ellos el Licenciado Antonio Fernandez, Presbytero, Sacristán mayor que pereció desde la Sacristía, el Sacrisstan menor y toda su familia, mugeres preñadas, niños y destrucción de veinte molinos de harina, donde se recogió la fente, y ay quien dize que en uno solo perecieron 17 personas; no quedó sembrado, heredamiento ni huerta que de raiz no aya faltado y las puentes todas del río, de forma que esta imposibilitando el comercio de la mitad del Lugar con la que la otra mitad y todo de que se le assista de afuera. Acrécese la falta de pan por no auer moliendas, falta de casas, pues hasta los zaguanes de las menos malas están familias acogidas y en el castillo, que su Eminencia mandó reparar, se hallan mas de 500 personas.

Y siendo tan horrorosa la tarde, la siguiente fue mayor por suceder otra nube tan peligrosa que, a poder conjuros y rogativas, descargó su ira encima de la sierra y con la bertiente que cae a la uilla se admiraua el uer bxar el agua de color de sangre encendida. Aquí fue los alaridos de que los montes estauan sobre nosotros, negándose al consuelo y desesperados de contrictos, les ha de costar a muchos la uida este susto.

Referir los portentos particulares es imposible, porque esta carta solo es señalar parte de lo que sucedió, pues aun la uista no lo cree, cuyas noticias participamos a Vuestra Ilustrissima, a quien suplicamos pida a su Magestad Diuina se apiade de nosotros y guarde a Uestra Ilustrissima de semejantes conflictos, dándole muy buenos sucesos y que nos dé fuerças para uer restaurado este Templo en su primitiva Fábrica y adorno con joya tan rica de la uiniuersal Yglesia. Cazorla y Junio, 13 de 1694.



Balthasar del Castillo.



Illmo. Sr.



Parte posterior de la Iglesia



La precedente relación fué leída en la reunión capitular del 25 de Junio y se envió un lote de ornamentos y ajuar litúrgico para remediar la extrema pobreza, en que la Villa se encontraba; días después, el 9 de Julio, se acordó enviar seis cálices de plata, seis casullas de damasco (dos blancas, dos encarnadas y dos negras), seis albas, seis amitos, seis cíngulos y seis bolsas de los corporales.

Relación impresa de los estragos producidos en Cazorla por la inundación del 2 de Junio de 1694. CT., Arch., n. 36.