Durante finales de los cincuenta y principio de los sesenta, los tebeos representaron el medio de lectura por excelencia para los niños. Había varios tipos de tebeos. Por un lado los específicos de chicos, fundamentalmente de aventuras: El Guerrero del Antifaz, Roberto Alcázar y Pedrín, Hazañas Bélicas, El Capitán Trueno, El Jabato, y luego estaban los de humor, como Pulgarcito, TBO, DDT, Tío Vivo, Jaimito, etc.
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Los tebeos eran parte de la vida diaria de cualquier niño en aquella época. Su precio era asequible, sin embargo todavía los hacía más asequible la posibilidad de poderlos alquilar o de cambiarlos pagando una pequeña cantidad (entonces céntimos de peseta).
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